Para los católicos es importante el cumplimiento de los llamados sacramentos, entre ellos, los que se llevan a cabo durante la niñez son el bautismo y la primera comunión, que se celebran con mucho entusiasmo pues se considera que se está conduciendo a los hijos por un buen camino. Nada mejor para este gran momento que festejarlo al aire libre, sin embargo, para sortear cualquier inconveniente del clima conviene utilizar una carpa plegable.
Utilizar la naturaleza como entorno para conmemorar la invitación que hizo el mismo Jesucristo de comer y beber de su sangre resulta muy oportuno. Complementarlo con una carpa hará que todo marche a la perfección y es que estos elementos se adhieren sin ningún percance a múltiples áreas y terrenos.
Ventajas que ofrecen las carpas plegables
- De día: si el evento es matutino protegerá de los inclementes rayos del sol, incluso si el día está nublado, esto no significa que no estemos recibiendo los efectos de los mismos. Por lo tanto, podríamos alternar ciertos ratos bajo sombra y otros a la intemperie.
- De noche: a las carpas plegables se les pueden adaptar cableado eléctrico para ofrecer iluminación artificial, lo que quiere decir que habrá un espacio adecuadamente iluminado mientras el esplendor de la luna y las estrellas hacen lo suyo en otras áreas del evento.
De presentarse alguna lluvia sea de día o de noche servirá de refugio y lo mejor de todo es que existen carpas con canaletas para facilitar el desagüe que producen las precipitaciones. Sobre todo cuando hay niños hay que tomar este tipo de previsiones para que no se vayan a enfermar.
Por otra parte, es posible instalar alguna carpa para organizar y resguardar los alimentos y bebidas que se impartirán, sin estropear la ornamenta del área principal ni molestar a los invitados. Además la manipulación de los mismos seguramente se hará con mayor higiene.
Con una buena organización y planificación, así como con el apoyo de una empresa especializada en el alquiler de carpas, la primera comunión de los chicos será exitosa, con su toque de espiritualidad, cargada de la alegría de los niños y la felicidad de los padres.