Hoy en día, al observar un grandioso monumento, un imponente edificio o un hermoso parque o jardín, es fácil pensar que de cierta forma son permanentes, que siempre estuvieron allí y ahí quedarán. Por supuesto, intelectualmente se sabe que esto no es cierto y que las cosas tienen un principio y un fin, pero, es una impresión que se percibe muy real en todos los sentidos.
Y aquellos que buscan tener una propiedad o dejar una estructura como regalo a la sociedad, deben aprender a divisar las oportunidades, especialmente cuando estas permanecen escondidas en la incertidumbre del futuro, solo visibles para los soñadores. Asimismo, requieren saber comunicar sus visiones a un equipo de trabajo.
Así por ejemplo, donde ciertos individuos pudieran ver en unas fincas en venta en San Francisco, la Unión únicamente un terreno vacío de civilización alguna, otros ya casi están saboreando las cálidas tardes en familia en una casa de veraneo o escuchando a los rebaños de vacas u ovejas en el campo de pastoreo o sintiendo la brisa en el rostro al realizar una buena cabalgata por las inmediaciones.
Para los que prefieren proyectos más urbanos o complejos, podría ser el asentamiento ideal de un zoológico o un refugio de animales o un nuevo y exclusivo club de golf en el que se celebren exclusivas reuniones de negocios o un moderno conjunto residencial. Todas esas realidades factibles existen de manera intangible en una dimensión de posibilidades infinitas.
Puesto que al final, todo lo que haya sido construido, no importa cuán grande y magnifico sea o que tan humilde e insignificante resulte, nació de una idea y uno de los primeros elementos que necesita es un lugar en el cual manifestarse y espacio para crecer. Recordemos que está bien construir castillos en el aire, solamente hay que mantener firme la visión mientras se preparan los cimientos.